¿Cómo puedo saber que Dios existe?

¿Alguna vez se ha preguntado cómo usted puede saber que Dios existe, si ni siquiera puede verlo?
 
Muchas de las cosas de las que dependemos en nuestra vida diaria son invisibles. Aunque no podemos verlas, eso no las hace menos reales.
 
Las ondas radiales son un buen ejemplo. Están en todas partes, alrededor de usted todo el tiempo, pero son invisibles e impalpables. Entonces, ¿cómo sabe que existen? Necesita usar un radio.
 
Un radio está hecho con un receptor específico que puede captar esas ondas invisibles. La música hermosa que usted escucha cuando usa un radio comprueba la existencia de las ondas radiales.
 
Es cierto que Dios no puede ser visto o tocado. Pero usted fue hecho por Dios con un “receptor” muy específico por dentro: su espíritu humano, la parte más profunda de su ser. Entonces, ¿cómo puede saber que Dios existe? Usted necesita usar su espíritu humano para recibir a Dios y contactarlo.
 
Pero hay un enorme problema que se interpone: el pecado. Poco después de ser creada la humanidad, ésta cayó, se apartó de Dios y fue corrompida por el pecado. La Biblia nos dice que, sin excepción, todos los seres humanos son pecadores. Y puesto que Dios es justo, los pecados que usted ha cometido son una barrera que le impide contactar a Dios y recibirlo.
 
Sin embargo, debido a Su gran amor por usted, Dios hizo algo extraordinario para dar solución al problema del pecado. Él se hizo un hombre llamado Jesús con el propósito expreso de llevar sobre Sí el castigo por sus pecados. Él sufrió la muerte en lugar de usted para que usted pueda ser perdonado de sus pecados y salvo del juicio eterno.
 
Jesús también resucitó de entre los muertos, y como Espíritu vivificante, Él está en todas partes. Él está con usted ahora mismo, esperando que abra su espíritu para recibirlo a Él.
 
Al morir por usted, Jesús eliminó todas las barreras. Pero para recibirlo a Él, necesita arrepentirse al admitir que es un pecador y volverse a Dios. Debe creer en Jesús y en todo lo que Él ha hecho por usted. Entonces Dios entrará en su espíritu. Usted tendrá la paz y el gozo indescriptibles que provienen de ser perdonado, y sabrá sin lugar a dudas que Él vive en usted.
 
Usted puede recibir a Jesús como su Salvador ahora mismo al hacer esta sencilla oración:
 
“Señor Jesús, confieso que soy un pecador. Me arrepiento de mi vida pecaminosa. Señor, te agradezco que moriste por mí. Me vuelvo a Ti y te recibo como mi Salvador. Gracias por entrar en mi espíritu”.

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